El Jueves, secuestrado

No es la primera vez que a la revista El Jueves le secuestran un número. De hecho, es la tercera vez.
Lo sorprendente es que los dos secuestros anteriores (números 1 y 7) fueron hace 30 AÑOS.


El último número de la revista ha sido retirado de los kioskos por mostrar una caricatura de los príncipes. Y, claro, ahora toda Internet saca las banderas republicanas, diciendo mil barrabasadas sobre la libertad de expresión.


Y es que 8 de cada 10 veces que leo a alguien defendiendo la libertad de expresión, se debe a que pretende defender que puede insultar a quien le dé la gana, olvidando egoistamente el derecho al respeto que tienen el resto de las personas. Familias reales inclusive.


Otra cosa es que los funcionarios reales tengan un coste excesivo para la función que ejercen, del que a los españoles quizá nos vendría bien liberarnos. Pero la solución a eso no es decir "sí, yo es que en realidad soy republicano" en las tertulias de amigos, ni indignarse ahora porque un juez decida defender de oficio la dignidad de alguien (sea príncipe, futbolista, tendero o albañil).


En definitiva, este Verano saldrán republicanos hasta debajo de las piedras. Cuando el año que viene haya alguna manifestación pidiendo la República, estarán los mismos 4 gatos de siempre. Y todos seguirán diciendo que hay que cambiar las leyes, y dejar de ser monárquicos, pero nadie moverá un dedo por ello.


Igual que todo el mundo se queja de la basura que emiten en televisión, pero luego la gran mayoría conecta Crónicas Marcianas, el Tomate, y nadie los programas culturales. ¿De qué nos quejamos entonces? Pues de lo que sea, porque quejarse es gratis. Pero lo que deberíamos despreciar no es una institución o una situación, sino el conformimo con el que lo permitimos. O eso, o aceptar que te gusta el programa de Pocholo, y dejar de quejarte de que lo que ponen en la tele no te gusta, porque resulta que no es verdad.


Al final, como suelo decir, tenemos lo que nos merecemos...


PD: en cuanto a la medida de secuestrar la revista y cerrar la página web de la publicación, además de anacrónica, ha sido una estupidez, dando una publicidad internacional a una viñeta que habría pasado desapercibida si se hubiese optado por una simple llamada de atención/multa/similar. Por no hablar del ridículo que ha hecho el juez solicitando que se retiren las planchas de la publicación... éste sí que se quedó en la España de hace 30 años.